Cuando un bebé nace lo primero que los padres intentan es comunicarse
con él, utilizan todos los recursos que tienen, sus ojos, sus manos, su
voz, le cantan, lo arrullan, lo miran, lo acarician, le sonríen y
comienzan a interpretar todos y cada uno de sus movimientos, gestos y
ruiditos, con el único objetivo de entenderlo y darse a entender, con el
único fin de entrar y dejar entrar a ese pequeñito a su mundo.
Queremos que explore su mundo y queremos que conozca el nuestro,
queremos entenderlo y que nos entienda, queremos comunicarnos y que se
comunique con nosotros, queremos que hable nuestro idioma y queremos
hablar el suyo y nos fascina darnos cuenta de que esto sucede, cuando
esos ojitos se abren y sabemos que sí nos entendió nos llenamos de
felicidad, sonreímos y sonríe con nosotros, nos sentimos satisfechos,
plenos, nos sentimos triunfadores.
Saber que sí pudimos establecer un puente de comunicación con nuestro
bebé es una de las mayores satisfacciones que podemos sentir.
¿Que nos pasa con los años? ¿Por que se nos olvida comunicarnos? ¿Por que de repente ya no nos parece tan importante?
De repente es más importante, que tengan valores, que saquen buenas
calificaciones, que se vistan como nosotros queremos, que hablen bien,
que no suban los codos a la mesa, que no se pinten el pelo de colores,
que no se pongan esas mini faldas o esos pantalones a la cadera, que
estudien esta carrera, que no se junten con estos amigos, etc. etc. etc.
Pero de establecer puentes de comunicación ya ni hablamos, de
preocuparnos por entender su mundo y de que entiendan el nuestro ya no
nos importa. De verlos a los ojos y buscar saber lo que nuestros hijos
están sintiendo y si de verdad nos están entendiendo ya no tenemos
tiempo.
¿Cuando nos volvimos tan ocupados como para olvidarnos de lo
realmente importante? Creo que nos olvidamos de conservar y cultivar lo
primero, los puentes de comunicación, mantenerlos limpios, sin
obstáculos, libres al paso, con luz y llenos de ganas de cruzarlos a
como de lugar, con paciencia y tiempo.
Todo lo demás es "Pan comido" es cosa de negociación y acuerdos es
cosa del día a día, mientras exista comunicación lo demás lo podrán
resolver en familia.
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